BLOG CREADO POR AMURA FRANQUELO PARA CONTINUAR CON LA MÁGICA HORA DE LOS DUENDES Y HADAS

miércoles, 7 de octubre de 2009

A mi anónimo amigo

Esta mañana abrí el correo y un anómino me recordó que hace meses y meses que dejé de escribir, la excusa, el trabajo, el no tener tiempo de ponerme a pensar o a indagar en el interior para ver lo que aflora, quizás tenga miedo de encontrar algo que no me guste o quizás me serviría de terapia y encuentro algo que estaba dormido dentro de mí y que indagando e investigando ha conseguido asomar.

Siento que mis días son todos tan iguales que no encuentro algo sobre lo que opinar o comentar, me he metido en el "maravilloso" mundo del no tener tiempo para nada, de ir corriendo de un lado a otro y siempre mirando el reloj, al que antes apenas le echaba cuentas. Creo que me estoy haciendo mayor de golpe. Serán las resposabilidades.

Hecho de menos tantas cosas que prefiero no pensarlo para no darme cuenta de lo que se ha convertido mi vida. Siento que necesito hacer cosas que se me escapa el tiempo y el poco que me queda para descansar se pasa tan rápido que parecen segundos en lugar de días.

A veces me pregunto, ¿y esto para qué?

Pese a la necesidad imperiosa de cambiar mi mundo, me embarga una gran felicidad que es la que hace que cada día me levante y piense que la vida es maravillosa que doy gracias cada minuto por lo que me ha deparado. Me considero una persona afortunada y tremendamente feliz. Eso hace que pese a las carreras que durante el día doy para estar a tiempo en cada sitio, el no dormir por las noches... me levante cada mañana con ganas de comerme el mundo, con ganas de aprender, con ganas de participar en todo lo que venga, de no perderme nada. Y todo gracias un angelito que cuando más agotada y más hundida estás, te mira, te sonríe y... por arte de magia te trasporta al lugar más maravilloso de la tierra. ¿Cómo puede algo tan frágil ser tan fuerte? ¿Cómo con una simple mirada, un achuchón la vida parece de color de rosa?

Ser padre es una experiencia que nadie debe perderse, por muy sacrificado que sea, que lo es, son indescriptibles las sensaciones y lo que cambia el enfoque de las cosas. Ahora ya no me paro en nimiedades soy mucho más positiva y doy menos importancia a aquellas cosas que antes me parecían montañas difíciles de escalar.

Ahora entiendo a mis padres cuando siempre decían que nunca nos podíamos imaginar lo que ellos nos querían.

Sirva esto mi anónimo amigo para demostrar que sigo viendo las ventanas desde el cielo, unas veces azules radiantes y otras veces con algunos nubladillos, pero las veo.
Intentaré recordar cada día que aún soy una niña, que tengo sueños e ilusiones, infinitas ilusiones. Y que sobre todo vivir es maravilloso.